Hablemos de vino

Porque no hay que ser una autoridad ni en blancos ni en tintos para disfrutar de una buena copa. Al brindis le da lo mismo saber o no saber; disfrutar es, a fin de cuentas, lo importante
Cuando el tiempo se come

Pocos lugares como los aeropuertos para gastar el tiempo en nada, entre pantallas y escaparates, ventanas y pizzerías, suerte quien consiga tragarse algunos minutos para huir a cualquier parte
Un buque frigorífico lleno de plátanos II

Sábado por la mañana.
Instagram.
Una foto.
Una cocina.
Muchos plátanos
Comer o no comer

Diarios del hambre emocional. Capítulo M&M’s
Naps after Napkins, el sueño tras una comida de verano

Llega septiembre y el recuerdo de las sobremesas se confunde con el sueño de las tardes de verano
AL CA CHO FA

Sustantiva y delicada, la alcachofa tiene tanto significado que pasa por sujeto y predicado. ¿Son sus hojas el preludio de una buena comida? Desde el tallo hasta la flor, anticipa una sabrosa conversación, que se confunde entre términos culinarios y gramaticales.
Modern f. Love: mi reino por un tomate

Si el amor te espera entre dientes, no lo dejes para mañana. Que un comino importe tanto como un pepino, cambia la piel y de eso va esta columna, de historias que le hincan el diente a esa especie de modern fucking food love que de repente nos transforma desde las tripas y que, sin avisar, nos hace ¿mayores? ¿mejores? ¿peores? Yo qué sé: ¡comida, siempre pa´dentro
Pan de primavera

El pan de abeja constituye la base de la alimentación de las crías. Este hecho nos hermana con ellas, tan pequeñas, tan perfectas, eficientes e impetuosas. Especies diametralmente distintas compartiendo base alimenticia, nada más y nada menos
Del esfuerzo a fuego lento al éxito en olla express

Los realities de cocina invierten las lógicas según las cuales alguien consigue legitimidad y prestigio en la gastronomía. Primero lo primero: fama. Después, la realidad del oficio, como quien comienza a edificar su casa por el tejado
Reflexiones encurtidas: sobre los orígenes de la alta cocina

¿Quién no se quisiera poner en los zapatos de Ducasse por un día? Sobre todo si luego de ello pudiera volverse a ser crítico con un mundo tan paradójico y fascinante como el de la alta cocina, primer asunto a diseccionar sobre la mesa desde esta columna